Las cookies de terceros son aquellas que se almacenan en el navegador del usuario por parte de una web diferente a la que está visitando. Esto quiere decir que, si un usuario accede a una web A y esta tiene contenido de una web B (por ejemplo, un vídeo alojado en YouTube), la web B almacenará una cookie en el navegador del usuario.
La principal función de las cookies de terceros es la de rastrear el comportamiento de los usuarios en Internet a través de diversos sitios web. Así, por ejemplo, una empresa podrá hacer un seguimiento de los hábitos de navegación de un usuario y orientar su publicidad en función de ellos.
Aunque las cookies de terceros cumplen una función útil, también puede generar controversias relacionadas con la privacidad. Es por ello que muchos usuarios optan por bloquearlas mediante herramientas de privacidad o medidas equivalentes.
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La desaparición de las cookies de terceros significa el final de una era en la publicidad en línea. Los anunciantes y los editores de sitios web se han beneficiado de estas cookies, que permiten a las empresas rastrear el comportamiento en línea de los usuarios y dirigir publicidad a ellos en función de sus intereses. Sin embargo, el navegador Safari de Apple ya no soporta las cookies de terceros, y otros navegadores, como Firefox y Chrome, han anunciado planes para hacer lo mismo. Esto significa que los anunciantes ya no podrán rastrear el comportamiento en línea de los usuarios y que tendrán que cambiar la forma en que se dirigen a ellos.
Los anunciantes y los editores de sitios web están buscando soluciones para este problema, ya que significa un cambio significativo en el modo en que funciona la publicidad en línea. Se espera que los anunciantes adopten nuevas formas de publicidad, como la publicidad basada en el comportamiento, que se dirige a los usuarios en función de su historial de navegación. También se espera que los editores de sitios web cambien la forma en que monetizan sus sitios, ya que la publicidad basada en las cookies ha sido una fuente importante de ingresos para ellos.
Después de años de recolección de datos, el final de las cookies está cerca. Eso significa que los marketeros tendrán que cambiar la forma en que rastrean el comportamiento en línea. No obstante, el cambio no tiene por qué significar una reducción en el poder del marketing. De hecho, puede ser una oportunidad para que los marketeros se vuelvan más creativos y estratégicos.
Aquí hay cinco formas de hacer marketing en un mundo sin cookies:
1. Identifique otras fuentes de datos.
La eliminación de las cookies no significa que no se puedan recopilar datos. De hecho, existen muchas otras fuentes de datos que pueden utilizarse para obtener información valiosa sobre los clientes y el comportamiento en línea. Los marketeros pueden consultar a las empresas de análisis web, como Google Analytics, para obtener datos agregados sobre el tráfico y el comportamiento en línea. También pueden usar herramientas de encuestas y encuestas para recopilar información valiosa directamente de los clientes y usuarios.
2. Focalizarse en la calidad, no en la cantidad.
Sin cookies, es posible que no se pueda rastrear el número exacto de visitantes únicos a un sitio web. Pero eso no significa que no se puedan obtener datos valiosos sobre el tráfico. En lugar de centrarse en la cantidad, los marketeros deben concentrarse en la calidad de las visitas. Por ejemplo, pueden buscar datos sobre el tiempo que los usuarios pasan en un sitio web o las páginas que visitan con más frecuencia. Esto les ayudará a comprender mejor qué tipo de contenido es más interesante y útil para los visitantes.
3. Utilice el marketing de contenido para atraer tráfico cualificado.
Uno de los mayores desafíos al marketing sin cookies es atraer tráfico cualificado a un sitio web. Sin embargo, el marketing de contenido puede ser una gran herramienta para lograr este objetivo. Al crear y promocionar contenido interesante y relevante, los marketeros pueden atraer a nuevos visitantes a su sitio web y, lo que es más importante, convertirlos en clientes potenciales.
4. Utilice el marketing basado en el contexto.
El marketing basado en el contexto se centra en la publicidad dirigida a un individuo en función del contexto en el que se encuentra. Por ejemplo, si una persona está leyendo un artículo sobre zapatos deportivos en un sitio web, es probable que esté interesada en comprar zapatos deportivos. En este caso, el marketero puede mostrarle anuncios relevantes sobre zapatos deportivos. Esta forma de marketing es efectiva porque se dirige a las personas en función de sus intereses y necesidades actuales.
5. Utilice el marketing personalizado.
El marketing personalizado implica la creación y entrega de contenido relevante e interesante para un individuo específico. Esto se puede lograr mediante el uso de datos disponibles sobre el cliente, como su historial de navegación o sus interacciones con el sitio web. Con el marketing personalizado, los marketeros pueden crear experiencias únicas e individualizadas para cada cliente potencial, lo que aumenta las probabilidades de convertirlos en clientes reales.
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